Las tres suertes

 

En la cultura china se dice que nos encontramos influenciados por tres tipos de suerte:

–          La suerte del Cielo.

–          La suerte del Hombre.

–          La suerte de la Tierra.

La suerte del Cielo

Es la energía que recibimos al nacer, la que traemos al encarnar y que nos ha sido dada por el Universo. Esta suerte nos determina profundamente y es difícil de modificar. Nos la da nuestro Padre Cielo (Chien o Qian) y es la que tiene una energía más potente (yang).

Sobre esta energía trata la astrología en general que conocemos en casi todas las culturas.

La suerte de la Tierra

Esta suerte nos influye en nuestro entorno físico y es la más material de todas. Se trata de la energía receptiva y amorosa de nuestra Madre Tierra (Kun). Es una energía débil y pasiva (yin).

Con esta energía es sobre la que esencialmente trabaja el Feng Shui, pues los cambios que podemos ejercer en nuestra vida trabajando el Feng Shui de los lugares que ocupamos, se basan en la modificación de aspectos del mundo material como la decoración, distribución de espacios, formas, colores, materiales, orientaciones, etc.

La suerte del Hombre

Entre el Cielo y la Tierra nos encontramos nosotros, influenciados por los dos pero no determinados sin remedio. La suerte del Hombre es nuestra responsabilidad y es tan importante como las otras dos, así que está en nuestra mano conducir nuestros actos de una manera u otra para lograr nuestros objetivos y también nuestros fracasos, o lo peor, para estancarnos en la comodidad de dejarnos llevar por las suertes que nuestro Padre Cielo y nuestra Madre Tierra nos han dado como regalo tan generosamente.

 

Como podéis ver, la parte que estudia el Feng Shui es tan solo un tercio de los ingredientes de nuestra “Suerte”. Por lo tanto no podemos pretender que tan solo modificando nuestro hogar o negocio según los preceptos del Feng Shui, conseguiremos cambiar nuestra vida. Puede ayudar, sí, pero también influye nuestro destino (Suerte del Cielo) y nuestra actividad diaria (Suerte del Hombre). Para algunos puede ser una mala noticia: el Feng Shui no es la panacea de la suerte, y no es la solución milagrosa que estabas esperando. Sin embargo aquí viene la buena noticia: somos dueños de nuestro destino. Con nuestras acciones y actitudes podemos alterar nuestra suerte. Para algunos aún seguirá siendo una mala noticia porque es muy cómodo esperar a ver llegar lo que venga y decir “qué mala suerte tengo” o “siempre me pasa lo mismo”. Yo pienso que resulta mucho más atractivo pensar que somos responsables de lo que nos pasa, de las personas con las que tropezamos en nuestro camino, de los aciertos y errores que cometemos, etc. Pero bueno, todo esto son matices de apreciación, cada cual que elija su punto de vista.

 

Audio: «Me cuesta tanto olvidarte» (entre el cielo y el suelo), de Mecano, cantada por la trovadora mexicana Alma Teutli.

http://grooveshark.com/s/Me+Cuesta+Tanto+Olvidarte/45aXy8?src=5

2 comentarios sobre “Las tres suertes

    1. Hombre, tenemos mano con la de la Tierra porque podemos cambiar algunas cosas como la decoración (no tanto nuestra casa, que eso cuesta mucho dinero!). Y sobretodo con nuestra suerte personal, la del Hombre. Es tan importante como el Feng Shui, y apenas le sacamos partido.

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